Hay momentos en los que la vida, sin previo aviso, te tira un cubo de agua. Es un día que hace más frío y el agua esta helada, y te baja por el cuello, los hombros y la espalda despacio, y tú no puedes hacer nada salvo esperar a que se pase.
Es como que la vida te presiona las arterias, el corazón late más despacio y el tiempo se realentiza. Y notas la vida con cada centímetro de tu piel, con cada poro, con cada célula.
Cada segundo que se suma a el tiempo vivido, se resta al tiempo que vivirás.
Y tu ves todo lo que pudiste hacer, lo que te hubiera hecho feliz, las oportunidades perdidas.
Y te gustaría ir hacia atrás, retroceder en el tiempo; Pero la vida sigue pasando.
Sin importarle lo que tú quieras.
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