sábado, 22 de octubre de 2016

(Darle tiempo al tiempo que lo llaman)


Elige.
Estudios, curro, trabajo, música, películas, la persona con la que compartir tu vida, hijos, 1,2,3...¿4, en serio?
Elige.
Pero elige ya.
Y recuerda que cada decisión conlleva sus consecuencias.
Porque ahí está la gracia (sin gracia) de las decisiones. Que cada cosa que escogemos significa renunciar a otra.
¿Y si después, mirando atrás, nos damos cuenta de que la hemos cagado profusamente y nos arrepentimos toda la vida? ¿Y si vendemos la casa, para comprarnos el barco y después descubrimos que nos mareamos al navegar?
Da igual, tu elige, y elige ya.

Renuncio a vuestra vida a toda velocidad, y me quedo con la libertad de elegir lo que me de la puta gana cuando me de la puta gana.

Y (hoy) elijo no elegir. Dejar que las cosas fluyan, eijo flotar antes de saber si quiero el barco, y dejar que sea el mar el que me aleje o me acerque a la orilla.

 Y quién quiera flotar a mi vera, vendrá con la marea. O no.

sábado, 2 de julio de 2016

Ayer dijiste que las locas atan más que las cuerdas.

Me dirás que estás enamorado de mi por mi locura, por ser un poco animal salvaje, porque no me he dejado domesticar.

Y que te encanta, que te encanto. Así. Tal cual. Que jamás intentarías cambiarme.

Que no hay nada que te ponga más que verme extender las alas mientras lo hacemos.

Y después me dirás, que si me las quito un rato, sólo para abrazarme por la espalda mientras dormimos. Y que total, no te las vuelvas a poner, y así también te abrazo mañana. 
Y que, ya si eso, guárdalas en un cajón, que cada vez que las veo, me entra la sensación de que cualquier día saldrás volando.
Y me mirarás con ojos como océanos, y dirás que me quieres, que me amas, y que yo, soy lo mejor que te he pasado, que me quede, contigo, que no sea fuerte, que me apoye en ti, que no te haga daño.

Y yo que te quiero, que jamás querría hacerte daño, me quedaré en tu pecho, como si fuera una jaula de oro, dejándome querer, no obligándome a ser fuerte.

Y me moriré de pena por no matarte de pena a ti.

Pero un día, un día, buscarás en el cajón, y no verás mis alas. Y vendrás a la jaula, que aunque sea de oro, es una cárcel, y de mi, sólo quedará una pluma azul cielo.

No te quiero mentir, I won't stay.

viernes, 10 de junio de 2016

Lucha lo que sí sean batallas.

Estamos muy acojonados. Luchando como bestias salvajes en la vida, peleando nuestras batallas, sorteando enemigos, obstáculos, cubriéndonos las espaldas.

Y cansa, y da sueño.
A veces sueño.

A veces sueño con que somos unos niños asustados con una escopeta bien grande a la que nos aferramos como si de un osito de peluche se tratara.
Acércame el oído, odio.
Mi escopeta se llama odio.
Y la abrazo porque os tengo miedo.
Y porqué nadie me volverá a hacer daño nunca más.

Y ahí me veo, una niña andando por un bosque oscuro, oyendo bombas caer, gritos, disparos,
Con uniforme militar demasiado grande, y manos ocultas tras las mangas, arrastrando el pantalón y hasta el casco cayendose de un lado, impidiendo la visión.
Y cansa, pero sin sueños.
Cansa, y como pesa la escopeta.
Y suelto a odio,
y derrepente, me siento tan ligera, tan ligera,
      que empiezo a flotar.
Y floto y floto y floto.

Y desde arriba veo, que nunca hubo batalla, sólo miedo.

viernes, 1 de abril de 2016

O quizá, sólo son amapolas.

Hoy, de camino a clase, he visto amapolas en el arcén de la carretera, y he pensado que quizá la vida es eso:

Flores cuando menos te lo esperas.
       Encontrar belleza en algunos puntos del camino.
                        Disfrutar momentáneamente de un paisaje tierno,
                                       cuando todo parecía asfalto.
    Puntos rojos entre tanto gris.
         

                   O quizá,    
                                la vida es eso,

                                                            Crecer a pesar del humo.