Que le den por culo a todo.
A todo lo que nos inyecte tristeza intravenosa.
A todo lo que malgaste nuestro tiempo.
Que le den por culo a cada cosa que nos hizo sentirnos perdidos.
A lo que nos congelo por dentro.
A aquello que nos hizo perder una sola sonrisa.
A los finales infelices. A los finales.
A las consecuencias, a los obstáculos, a lo que nos alejo de nuestro camino o de nosotros mismos.
A eso que nos quito las ganas de salir de casa, de la cama, de dormir, de soñar.
A todo y a todos los que en cualquier momento de nuestra vida, aunque fuera un segundo, nos hubieran metido un vacío en el pecho.
PERO BIEN DADO.
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