Siempre que salgo de casa, en el camino de ida a la uni, creo en el amor.
Digo, JODER, el amor, y tengo esperanza, y me apetecen tus labios.
Siempre que vuelvo a casa, ya con la carretera demasiado oscura,
pienso: AG! el amor! para qué?
(y así todos los días)
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