domingo, 24 de noviembre de 2013

What a catch! What a catch!

Tenía el pelo más rizado que había visto.

A ella decía que le gustaba alisárselo porque suficientes enredos tenia la vida.

Y cuando la veía, con el pelo rizado, sabía que se había rendido un poco.
Que se había cansado de la vida, de la gente, y hasta del propio cansancio.

Y yo me alegraba como nunca. Porque era más ella que nunca, con todas esa idas y venidas, con todos sus líos, con su locura.

Cuando se cansaba de aparentar que podía tener todo bajo control, y bailaba en medio de la cafetería... cuando la veía corriendo por los pasillos, abrazando a cualquiera, o boca abajo en los hombros de alguien, cantando motivada al salir de clase, con esa sonrisa que parecía estar hecha a prueba de balas.


Y fue ahí, en ese momento en el que me encontraba enredado en sus tirabuzones, dudando entre si podría matarla en un ataque de locura o si estaba loco por ella...

...cuando empecé a creer en el amor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario